ÉL NO ESTABA SEGURO DE SER ÉL... PERO ELLOS, POR SUERTE, SÍ ESTABAN SEGUROS DE QUE ÉL ERA ÉL...


Al concluir la Segunda Guerra Mundial, Rudolf Hess esperaba ser juzgado junto a otros jerarcas nazis en el Jucio de Nuremberg. 

Aquel juicio iba a convertirse en uno de los más importantes de la historia dado que se iba a condenar a los más altos dirigentes del régimen de Hitler como criminales de guerra. 

Uno de ellos era el temible Rudolf Hess, que decidió llevar directamente su propia defensa. Sin embargo, cuando comenzó el interrogatorio Hess sufrió un increíble ataque de amnesia

Los jueces ordenaron que se colocara frente a sus antiguos compañeros de gabinete. 

Hess los miró fijamente a los ojos y su rostro no se inmutó. Daba la sensación que no los había visto jamás. 

Cuando la acusación le mostró entonces recortes de prensa y documentales propagandísticos del nazismo, Hess exclamó: «Tal vez sea yo, pero no puedo recordar absolutamente nada»

En un primer momento, un equipo de psiquiatras llegado expresamente de Estados Unidos declaró que Hess había perdido la noción de lo vivido en el pasado. La amnesia era cierta. 

La acusación no estuvo de acuerdo con aquel informe médico y diez días más tarde se realizó un segundo análisis. Otro equipo médico dictaminó lo contrario

Finalmente, fue condenado a cadena perpetua el 1 de octubre de 1946 y recluido en la prisión de Spandau, en la zona aliada de Berlín, donde murió a los 93 años.

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