MÁS RARO QUE TODAS LAS FICCIONES: EL JOVEN ERA UN "VAGO", PERO UNOS LADRONES LO MOLIERON A PALOS Y LO CONVIRTIERON EN UN GENIO...
Jason Padgett, de 49 años, es un matemático reconocido en buena parte del mundo. Sin embargo, su historia, lejos está la de ser la del niño prodigio que desde chico encandiló al mundo con su conocimiento y entusiasmo por las matemáticas.
Hasta hace casi 20 años, Padgett era un joven cuya vida parecía no terminar de encarrilarse. Si bien trabajaba en la mueblería de su padre, cada noche salía a beber alcohol con amigos y emborracharse. No importaba si era fin de semana o entresemana. Look ochentoso y comportamiento adolescente completaban el cóctel.
Sin embargo, una noche todo cambió. Luego de crecer en Alaska, el viernes 13 de septiembre de 2002 fue junto a unos amigos a un local de karaoke ubicado en la ciudad de Tacoma, estado de Washington, donde se había mudado hace poco tiempo.
Padgett, fanático de la música, se subió al escenario vestido con una chaqueta ochentosa de cuero y cantó “Blaze of Glory” del grupo Bon Jovi, una de sus bandas favoritas.
Mientras cantaba, observó a un par de sujetos sentados en una esquina del local, pero jamás le brindó mayor importancia. Un rato después, esos mismos hombres se encargaron de cambiar su vida para siempre.
Al salir del local de karaoke, Padgett sólo recuerda que sintió un fuerte golpe y cayó de forma brusca. Los dos hombres habían abandonado el local y empezaron a golpearlo con violencia, aún ya caído en el piso.
"Vi una luz blanca, como si alguien hubiera sacado una foto", contó en diálogo con el programa Outlook, del Servicio Mundial de la BBC, como parte de la serie especial Sentidos extraordinarios.
Los hombres continuaron pegándole y pateándolo. La amiga con la que fue al karaoke entró en estado de pánico y quedó paralizada, mientras que su novio salió corriendo con los brazos en alto. Otras personas que estaban aún dentro del local, miraban por la ventana lo que ocurría pero sin ningún tipo de acción.
En un momento puntual, uno de los atacantes le pidió su chaqueta. Recién en ese momento, entendió que estaba sufriendo un asalto.
Si bien la prenda poseía poco valor, unos US$ 99 y se había roto durante la golpiza, los atacantes la tomaron y se dieron a la fuga.
Arrastrándose, Padgett se dirigió a un hospital cercano. Le diagnosticaron conmoción cerebral. Además, le sangraba el riñón. Sin embargo, lo enviaron a su hogar tras inyectarle un analgésico.
Con el tiempo, desarrolló un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) que lo llevó a tener miedo de salir y estar con otros, a raíz de la golpiza y sufrida y porque nadie lo ayudó en aquella ocasión.
Al vivir encerrado, desarrollo otra obsesión con la limpieza, pero como se encontraba lejos de su familia y amigos, nadie lo alertó sobre los TOC que había generado. Así, pasó tres años de su vida.
Paralelamente, el traumatismo en la cabeza dejó una huella imborrable e impensada, y Padgett modificó su forma de ver todo.
"Todo lo veía ligeramente pixelado. Las nubes, el Sol… Miraba el agua irse por el desagüe y veía tangentes, con líneas como olas, que se cruzaban. Era hermoso, pero al mismo tiempo daba miedo”, admitió.
Con el tiempo, el joven entendió que se trataba de fractales. Observaba triángulos entrelazados cuando miraba a los árboles y redes iluminadas cuando el sol irrumpía a través de los árboles.Todas esas formas pixeladas parecían moverse dentro de una cuadrícula, como en los videojuegos.
En Internet aprendió sobre geometría fractal, una forma matemática -descubierta por el francés Benoit Mandelbrot-, que habla de figuras que se repiten, para formar otras figuras más grandes.
De pronto, notó que todo lo que veía "podía separarlo en pedazos más chicos, pero idénticos", es decir, reconocía patrones en todo. Y comenzó a dibujar de forma obsesiva esas figuras fractales.
De pronto, notó que todo lo que veía "podía separarlo en pedazos más chicos, pero idénticos", es decir, reconocía patrones en todo. Y comenzó a dibujar de forma obsesiva esas figuras fractales.
El interés por descubrir qué le sucedía le permitió salir de su aislamiento. Luego de buscar ayuda psicológica para su TOC, se inscribió en un curso de matemáticas en una universidad cercana. En esa institución conoció a quien sería posteriormente su esposa, y su vida volvió a modificarse.
En una entrevista televisiva a Daniel Tammet, un hombre que tiene Asperger (un trastorno del espectro autista) y es un genio de las matemáticas y la lingüística, terminó de comprender todo.
Tammet es considerado un savant, como se conoce a las personas con competencias mentales extraordinarias.
Padgett decidió contactarse con una experta para saber si él también poseía el llamado síndrome del sabio o savant.
Luego de someterse a una serie de resonancias cerebrales, los resultados lo confirmaron. Pero además se le diagnosticó sinestesia, tal como se conoce al trastorno por el que los sentidos se mezclan.
Gracias a tener el síndrome del sabio o savant se pudo conocer y explicar cómo Padgett podía "ver" las matemáticas.
El joven escribió un libro para contar su historia llamado Struck by genius ("Un golpe de genialidad") y viajó por el mundo presentándolo. A partir de su fama, uno de sus atacantes, se puso en contacto con él y le pidió perdón por lo ocurrido, tras atribuir su accionar al alcohol y las drogas. Incluso, le juró que él también había empezado una nueva etapa, libre de violencia.
Padgett aceptó sus disculpas. "Volvería a pasar por todo lo mismo para lograr este despertar matemático. Es mágico", completó Padgett.
Gracias a la dura golpiza, Padgett puede ahora "ver" los números y la geometría. A diferencia del resto de los humanos, para él no son solo abstracciones. Es decir, percibe el mundo de una manera muy distinta a como lo hace el resto de personas.
Actualmente, sólo 40 personas en el mundo tienen el síndrome savant adquirido, una condición en la cual prodigiosos talentos en matemáticas, el arte o la música surgen en individuos previamente normales después de una lesión cerebral o enfermedad.
Comentarios
Publicar un comentario