EL INCALCULABLE VALOR DE NO DESANIMARSE...


Jascha Heizitz, un gran violinista profesional, que estaba entre bambalinas y a punto de entrar en el Carnegie Hall, fue abordado por un joven que se le acercó y le dijo: "Por favor, ¿puede usted escuchar cómo toco el violín?"

"No, chico, no tengo tiempo".

"Por favor, por favor, treinta segundos. No sé si tengo talento, ¿lo tengo? ¡Escúcheme!".

El chico toca. Heifitz declara: "No", entra en el escenario y hace su concierto.

El joven se marcha y no vuelve a tomar el instrumento. Se desarrolla profesionalmente, funda una familia; muchos años después se encuentra con Heifitz en un acto benéfico y le dice: "Usted no me recuerda, pero cuando era un joven lo abordé y le pregunté si tenía talento. Ahora he triunfado, soy feliz, pero debo preguntarle cómo pudo hacerlo. ¿Cómo pudo escuchar a un niño tocar durante sólo treinta segundos y decirle que no tenía talento?"

A lo que Heifitz respondió: "Es lo que le digo a todo el mundo, porque en este campo, si eres susceptible al desánimo, te desanimará".

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