LA CREATIVIDAD PUEDE FALLAR...



Las artes narrativas, y en especial el mundo audiovisual, han intentado una y otra vez ampliar su campo de influencia más allá de la vista y el oído, con experiencias que pudieran afectar al resto de los sentidos, para transmitir al espectador la sensación de que no está sentado en una butaca, sino que se encuentra en el lugar donde transcurre la acción. 

Se ha probado de todo, por ejemplo transmitir olores por los conductos de aire acondicionado con el sistema AromaRama, que se empleó por primera vez en el documental "La gran muralla china" (1959); o transmitir esos olores hasta un tubo que llega a cada butaca, como en el método Smell-o-visión, que el productor Michael Todd Jr. compró al inventor Hans Laube para rodar "Aroma de misterio" (1960), que promocionó con el eslogan: «¡Primero se movieron! (1895) ¡Luego hablaron! (1927) ¡Ahora huelen!». 

La película fue un fracaso, a pesar de que la narración había integrado los aromas en la trama: el asesino era identificado por el olor de su pipa y la heredera, por su perfume. 

Eso hizo que el cómico Henry Youngman declarase: "No entendí la película, estaba resfriado".

Comentarios

Entradas populares