UNA HISTORIA INSÓLITA PARA APRENDER CON UN GENIO EMPRESARIAL DE LA LOGÍSTICA


A veces tendemos a considerar que ciertas personas tuvieron suerte y se hicieron ricas por estar en el lugar justo y en el  momento indicado. Pero cuando se profundiza en algunas biografías, muchas veces advertimos lo contrario: personas que no tuvieron "viento a favor", se alzaron frente a todas las contrariedades, y hasta el final de sus vidas tuvieron en cuenta todos los detalles y todos los factores para tener éxito en lo que se proponían. Esta anécdota confirma uno de esos casos.

Un día Henry Ford mandó a algunos de sus empleados a depósitos de chatarra, con instrucciones de examinar las condiciones de las piezas que quedaban de los modelos Ford T desechados. 

Los empleados trajeron de vuelta las noticias, al parecer decepcionantes, de que casi todos los componentes mostraban signos de desgaste. 

Las únicas excepciones eran los pivotes de dirección, los cuales permanecían virtualmente nuevos. 

Ante la sorpresa de los empleados, Ford, en vez de expresar orgullo sobre sus bien hechos pivotes de dirección, declaró que éstos estaban excesivamente logrados y que en el futuro deberían ser hechos de forma más barata. 

La conclusión de Ford podría violar nuestro ideal de orgullo en el trabajo esmerado, pero tenía sentido económico: de hecho, había estado desperdiciando dinero en pivotes duraderos que sobrevivían demasiado a los coches en los que eran instalados.

Comentarios

Entradas populares