UN GENIO DE LA LITERATURA TAMBIÉN PUEDE NARRAR CUÁNTAS VECES IBA AL BAÑO...


Por lo general, los buenos lectores tienden a considerar a sus autores favoritos como auténticos dioses del Olimpo, seres superiores, casi espíritus puros, pero como bien sabemos, detrás del excelso autor se esconde siempre un ser humano con sus debilidades y flaquezas, con sus manías, sus filias y fobias, sus prejuicios y sus mezquindades. 

Los críticos literarios y los historiadores de la literatura han indagado profundamente en la vida privada de los autores, aparentemente en busca de las claves de su obra, pero también en demasiadas ocasiones persiguiendo dar a la luz una crónica escandalosa de su existencia.

Thomas Mann escribió a lo largo de su vida un diario íntimo que, por disposición testamentaria del escritor, no vio la luz hasta después de pasados veinte años de su muerte. El personaje retratado en ese dietario personal resulta una figura «demasiado humana». 

Además de numerosos comentarios de carácter homoerótico, el diario de Thomas Mann está lleno de observaciones referidas a las disfunciones de su aparato digestivo, que le hizo padecer toda la vida. Estas observaciones son de un realismo y una crudeza sorprendentes a la hora de describir sus dispepsias, retortijones, calidad y frecuencia de sus deposiciones…

Juan Ignacio Alonso y Fran Zabaleta, "99 libros para ser más culto"

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