EL HUMOR PRESIDENCIAL
El 30 de marzo de 1981, cuando apenas llevaba 69 días de presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan fue víctima de un intento de asesinato, a la salida del hotel Washington Hilton, donde había pronunciado un discurso.
John Hinckley Jr., un enfermo mental que quería impresionar a la actriz Jodie Foster, le disparó y lo hirió en un pulmón. Otras tres personas resultaron heridas.
Reagan pensó que no había recibido ningún disparo, pero empezó a escupir sangre y uno de sus guardaespaldas decidió llevarlo al hospital. Al llegar, el presidente salió sin ayuda del auto, pero después se desmayó.
Algunos observadores señalan que las reacciones de Reagan mientras estaba herido lo ayudaron a incrementar enormemente su popularidad y contribuyeron a su reelección en 1984, con una victoria arrolladora para el Partido Republicano.
La primera frase memorable (aludiendo a su carrera de actor en películas de cowboys, en las que esquivaba las balas), fue cuando le dijo a su esposa, Nancy Reagan:
"Querida, se me olvidó agacharme".
"Querida, se me olvidó agacharme".
La segunda, cuando bromeó con los cirujanos que le iban a salvar la vida operándolo:
"Espero que todos ustedes sean republicanos".
"Espero que todos ustedes sean republicanos".
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