CONÓCETE A TI MISMO (II)
Pero ojalá esto fuera suficiente... Hay muchos indicios de
que no es así... La Filosofía (así, con mayúsculas) siguió su
curso: tenemos grandes figuras como Agustín
de Hipona, David Hume, Baruch Spinoza, Tomás de Aquino, René Descartes,
quien postuló: "Pienso, luego existo..."
(según este autor, en principio, ya podemos entender por qué nuestra esposa, o
novia, o madre, nos dice que "somos unos inútiles" -o si eres mujer, por qué te dicen
"histérica"-: esas personas, que somos todos, no piensan sobre sí mismas, piensan primero
sobre los demás... porque como descubrió Descartes,
para existir primero tienen que pensar,
y claro: es más fácil pensar -sobre todo
negativamente- en los demás... es casi automático y muy entendible…)
Después –en el siglo XIX- vendrían, entre otros filósofos, Schöpenhauer, Hegel y Nietzsche... Este último postuló el
"eterno retorno", lo cual es bueno, porque según este autor, tiempo
no nos va a faltar para conocernos a nosotros mismos (igual que si tenemos en
cuenta la reencarnación de las doctrinas hindúes y creemos en ella)... así que, en principio,
nos podemos ir de vacaciones tranquilos... incluso a Tailandia... o sea:
nada de arrojarnos desesperados a leer las obras completas de Platón... (y menos que menos a las apuradas... a ver si nos agarra
un ACV),
Ya llegados al Siglo XX, destaquemos a Jean Paul Sartre, quien escribió una obra muy importante: "El Ser (o sea: nosotros) y la Nada"... Hay que leerla completa... La sección dedicada a "la
nada" son como 400 páginas, pero vale la pena: después de leer todo
cuidadosamente, nunca más volveremos a
dudar acerca de lo que es la nada... y entender claramente qué es "la
nada" nos despejará el camino
para conocernos a nosotros mismos (ya que nosotros somos "algo"
-aunque sea: "inútil" o "histérica")... Igual hay
excepciones… a veces un amante despechado te dirá: "vos no existís",
o sea, que nos quiere hacer parecer a "la nada", pero esto es una
contradicción en los términos (y además es para molestar nomás), así que
podemos obviarlo.
Lo más impactante, al leer "El Ser y la Nada", es el final, que dice:
"Ahora nos es dado concluir (...) Nuestras
investigaciones nos han permitido responder a la primera de esas preguntas: el
Para-sí y el En-si están reunidos por una conexión sintética que no es otra que
el propio Para-sí. El Para-sí, en efecto, no es sino la pura nihilización del
En-sí: es como un agujero de ser en el seno del Ser".
¡Clarísimo!: si
captamos la brillantez meridiana de este concepto, sentiremos el impulso
irresistible de zambullirnos en esa obra capital del filósofo francés para empezar
a saber por fin quiénes somos.
Otra persona que se dedicó mucho a conocerse a sí mismo fue
el gran filósofo alemán Martin Heidegger (Martin sin acento, porque el nombre también
es alemán). La obra capital de Heidegger se titula "Ser y Tiempo". (En algunos círculos Heidegger no cae bien, era
simpatizante del Tercer Reich y de Hitler, aunque
sólo al principio –esto implica que era un poco lento para entender
algunas cosas, pero eso puede ser bueno en filosofía, porque se piensa con más
cuidado).
Aunque el libro "Ser
(o sea: nosotros), y Tiempo" es
una obra capital de la filosofía moderna, hay personas muy estudiosas que
descreen de su potencial para ayudarnos.
Por ejemplo, el filósofo de la ciencia Mario Bunge, se pregunta: "¿Qué dice Heidegger sobre el ser? "El
ser es ello mismo". ¿Qué significa? ¡Nada! Pero la gente, como no lo
entiende, piensa que debe ser algo muy profundo. Veamos cómo define el tiempo:
"Es la maduración de la temporalidad". ¿Qué significa eso? Las frases
de Heidegger son las propias de un esquizofrénico. Se llama esquizofacia. Es un
desorden típico del esquizofrénico avanzado".
Suena fuerte, pero en otro pasaje Bunge modera esa opinión y aclara que, para él, Heidegger es en realidad
"un pillo que se aprovechó de la tradición académica alemana según la cual
lo incomprensible es profundo".
Como vemos, no es fácil ponerse de acuerdo en Filosofía,
sobre todo en el "conócete a ti mismo". (Más bien, y a juzgar por
declaraciones de este tipo, en Filosofía cada autor conoce mejor a otro que a
sí mismo).
Otro caso notable para tener en cuenta, es el de Georg Wilhelm Friedrich Hegel (sus padres
no escatimaban nombres, algo usual en Alemania, sobre todo con nombres
rimbombantes como Wilhelm y Friedrich). Hegel fue un importantísimo
filósofo que escribió una larga obra llamada "Fenomenología del Espíritu".
Cuando se dice que "somos Espíritu" (una forma de
ir acercándonos al “Conócete a ti mismo”), podríamos estudiar esta obra y tal
vez comprendamos el concepto (que no sé si es lisa y llanamente “conocerse a sí
mismo”, pero se parece).
Sin embargo, cuidado: otro gran filósofo, Arthur Schöpenhauer, tenía sus dudas
sobre esta obra, y nos advierte con estas palabas:
"Debo decir que la supuesta filosofía de Hegel no es
sino una colosal estafa y que ofrecerá a la posteridad una fuente inagotable de
burlas a costa de nuestra época, que erróneamente lo ha ensalzado, promovido y
elogiado.
"El pensamiento de Hegel no es sino una pseudo-filosofía
que paraliza todas las fuerzas del ingenio, que ahoga todo pensamiento
verdadero y que, valiéndose de audaces y astutos excesos del lenguaje, arroja
la verbosidad más vana, carente de toda idea o sentido, y por demás
embrutecedora, como lo demuestran sus insustanciales resultados, sin principios
ni consecuencias.
“Diré también con razón que ese summus philosophus ha arrojado sandeces como nadie, y hasta el
extremo tal de que si alguien leyera su obra más estimada, la "Fenomenología del Espíritu",
concluirá que el manicomio es el mejor sitio en el que se le puede confinar a
su autor".
¿Cómo saber si Schöpenhauer exageraba, o sólo le faltaba
diplomacia? En el camino de conocernos a nosotros mismos, lo sabremos leyendo
entera la "Fenomenología del
Espíritu", y sacando nuestras propias conclusiones (algo que a veces
es inevitable en el camino del "conócete a ti mismo").
Ojalá alcanzara con alguna Religión o Filosofía para
conocerse a sí mismo... Hay quienes dicen que no, desde distintas disciplinas
muy respetables, y parecen tener razón...
Los Antropólogos, por ejemplo, te dirán: ¿cómo vas a
conocerte "a ti mismo" (si eres mexicano o español), o "a vos
mismo" (si eres argentino), sin conocer a fondo cómo vivieron tus
antepasados lejanos?
El Historiador sostendrá que también hay que conocer a los
antepasados cercanos (y sobre todo qué hicieron o dejaron de hacer: si fueron
héroes o villanos, si eran tontos o robaban, quién se acostaba con quién,
etc.)...
Los Paleontólogos, con todo derecho, te reclamarán: “¿No te
importa saber sobre los huesos de tus ancestros?”
Y el Arqueólogo argumentará: “¿Carece de toda importancia,
para ti (o para vos) el hábitat de tus antepasados?”
El problema con la Psicología es que hay muchas corrientes,
y no debería descuidarse ninguna...
El “Conductismo”
es la más sencilla y directa: "Eres
tus actos"... Observa tus actos, y ya está... Si eres varón, las
mujeres que te rodean (esposas, novias, madres e incluso amantes), en algún
momento te dirán (en base a tus actos): "Eres un irresponsable...", y si eres mujer, los varones (ya lo
dijimos) te dirán (en base a tus actos o "amagues de actos"): "Eres una histérica..."
Esto parece demasiado simple (aunque en principio suele ser
verdad), pero hay otra terapia, la llamada "Cognitiva", en la cual lo que importa son los procesos de
pensamiento... Por ejemplo: si piensas que eres un "gilipollas", por
lo menos sabes que eres español, y si piensas que eres un "boludo",
es muy probable que seas argentino (o un "pinche" mexicano que lleva
demasiado tiempo en Argentina)...
(Continúa)
(Continúa)
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